Si tenéis decidido viajar a China y pasar unos días en Pekín, no se os ocurra bajo ningún concepto marcharos de la capital sin haber degustado el típico pato chino. Equivaldría a no probar en Italia un buen plato de pasta o pasaros de largo la ciudad francesa de Champagne sin degustar el caldo burbujeante de su tierra. Por eso, aquí estamos nosotros para llevaros a los restaurantes más típicos de Pekín y serviros de guías gastronómicos.
En Pekín no debéis perderos el Restaurante Quanjude Roasted Duck, en el número 32 de Quianmen Dajie. Cuidado porque este restaurante se encuentra al final de un callejón dificilísimo de encontrar, aunque todo el mundo lo conoce por los alrededores. Es uno de los establecimientos más antiguos de Pekín, data de 1864, y el más famoso para disfrutar la joya culinaria de China.
Su elaboración centenaria comienza en granjas especiales a las afueras de la ciudad, donde se crían los patos de pluma blanca de Pekín a base de grano y soja. Una vez en la cocina, se cuelgan los patos hasta que se secan y posteriormente se llenan de aire, se cuelgan de clavos y se asan lentamente al calor de un fuego que está a la vista de los comensales gracias a una pared de cristal. Se sirve el pato entero con gran ceremonia y en distintas fases: primero la jugosa carne deshuesada y la piel crujiente con platos de acompañamiento como chalotas, salsa de ciruela y crepes. Y el precio ronda los 20 dólares…
En Pekín también tenemos el Restaurante Fangshan, situado en el Parque Bei Hai, al noroeste de la ciudad. Este prestigioso restaurante viene conservando la extravagante cocina de la dinastía Qing (1644-1911) desde 1925 y ofrece las exclusivas recetas de la corte imperial del siglo XIX. Gracias a su ostentosa decoración y al personal, vestido con ropas imperiales vintage, os sentiréis como si estuvierais cenando con la última emperatriz viuda, que tenía a su servicio a 128 cocineros…
La cocina todavía sirve enormes banquetes y delicatessen tradicionales como aleta de tiburón o sopa de nidos de pájaro, perfectas para un paladar real. El edificio que alberga el restaurante Fangshan no podría ser más apropiado. Es un antiguo pabellón situado en una isla en medio del lago Bei Hai, inmediatamente después del Puente de la Sabiduría Perfecta. Un lugar así me diréis que debe ser carísimo. El precio de la cena por persona es de 20 dólares… Si podéis, acercaros a este restaurante a finales de verano, cuando florecen las famosas flores de loto del lago Bei Hai, un lugar idílico.
Si preferís algo similar pero menos ostentoso, algo más íntimo, tenemos el Restaurante Li Family, en el que seis miembros de la misma familia trabajan día y noche para imitar las recetas reales de la dinastía Qing para los afortunados que consiguen una mesa entre las 20.00 y las 00.00 horas. Es por ello que debéis pues reservar mesa con bastante antelación, incluso antes de vuestro viaje.
Cientos de estas antiguas recetas fueron destruidas durante la Revolución Cultural en los años 60, pero la familia Li las recibió de un bisabuelo que trabajaba en la corte imperial y se le da a las mil maravillas recrearlas, os lo aseguro. Diplomáticos, lugareños, millonarios y amantes de la gastronomía de todo el mundo visitan este diminuto restaurante para cenar en una mesa solitaria iluminada por un sólo fluorescente. El Restaurante se halla en el número 11 de Yangfang Hutong, en el distrito Xicheng, en la parte occidental de Pekín.
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